El diseño y el concepto de interiorismo de Can Fisher se mantiene fiel a la arquitectura modernista y funcional del «Mid Century Modern», por lo que la luminaria, el mobiliario y la acomodación se han diseñado expresamente para el espacio, respetando en todo momento las líneas y los trazos puros de la estética.
El edificio aprovecha y refuerza la simplicidad y la geometría de las instalaciones originales de los merenderos olímpicos de la Vila Olímpica de Barcelona y presenta una forma rectangular de carácter minimalista que alberga una gran terraza abierta con vista panorámica al mar.
El interior juega con grandes espacios volumétricos y un diseño simple, limpio y depurado, además de presumir de una diafanidad única gracias a los ventanales de cristal. Los materiales nobles como el hormigón o el acero se fusionan a la perfección con la madera para lograr liviandad en el aspecto visual del local.
Predomina el uso de colores suaves y naturales como el turquesa y el salmón que, junto con la tonalidad de los materiales nobles mencionados anteriormente, aportan frescura y nos aproximan a la calidez del mar.
Por otra parte, se respira una exótica convivencia con la naturaleza y el entorno natural debido a la integración de la vegetación con la arquitectura, que imprime el espacio de gran personalidad. En definitiva, Can Fisher protege el proyecto de arquitectura existente para convertirlo en el lugar idóneo para disfrutar de una experiencia culinaria inolvidable con los tuyos en un entorno acogedor y vanguardista.